Apple, Google, Amazon... son nombres comerciales que, con solo escucharlos, transmiten una actitud ante la vida. Es curioso que algo tan sencillo como una palabra tenga un efecto tan potente. Pero en eso precisamente consiste el naming. ¿Quieres saber cómo lo logra?
Parece sencillo. Ya has definido en qué va a consistir tu proyecto, quién va a ser tu público objetivo e incluso desde donde lo vas a poner en marcha. Solo falta ponerle nombre. Quizá en tu cabeza se llama El ecommerce que va a petarlo en Instagram o La web para hacer SEO, pero, seamos sinceros, necesitas un nombre comercial, una marca.
Tu primer impulso es coger papel y lápiz y empezar a hacer combinaciones de palabras. Como cuando ensayabas tu firma antes de oficializarla por primera vez en el DNI. Vale, es una técnica. Pero no es suficiente.
El naming o la elección del nombre comercial de tu negocio (tu tienda, tu blog o en el nuevo producto que estás desarrollando) implica creatividad, sí, pero también estrategia y análisis. De hecho, es casi una disciplina propia en el terreno del marketing digital. Pero vamos por partes.
El primer paso para hacer un buen naming es aclarar, precisamente, de qué hablamos cuando nos referimos a nombres de marca que funcionan.
Basta con que el nombre de tu marca:
- Sea original.
- Conecte con tu público.
- Transmita los valores que te diferencian del resto.
Con esto claro, no importa que se trata de una palabra inventada (Twitter), sea descriptivo (PayPal) o lleve el nombre del fundador de la empresa (Disney). Ni que consista en una o varias palabras (Gas Natural) o se trate de siglas (BMW). Si es único, destaca, impacta a tu público y tiene la personalidad de tu marca, es un buen nombre comercial.
Opciones para naming: tipos de naming
Una de las cosas que puedes intentar es usar palabras conocidas, que ayuden a que tu nombre se recuerde. Para ello puedes unir o partir de varias opciones. Te damos los siguientes ejemplos:
Naming descriptivo
Hablamos de naming descriptivo cuando el nombre describe en sí mismo a la empresa (Casas Geo, Farmacias Similares, Dulces Vero) Son nombres cuya ventaja mayor es la relación 1 a 1 con el producto.
Cuidado con:
¿Qué pasaría si nos ponemos a vender productos de construcción, productos de perfumería o motos? Por elegir los mismos ejemplos.
Neologismos
Hablamos de naming con neologismos cuando desarrollamos una marca en función de conceptos nuevos. Así se han podido crear las marcas Blogia o Blogestudio a partir de la palabra blog; o Mundo Gamer o B Gamer, aprovechando el concepto ‘gamer’ para referirse a una persona que juega a videojuegos.
Cuidado con:
Igual que vienen, se van. Algo que puede ser moderno hoy, en un futuro (tal vez no muy lejano) puede convertirse en un término completamente pasado de moda.
Acrónimos
Hablamos de namings acrónimos cuando el nombre de nuestra marca está formado por siglas, letras o combinaciones de nuestro nombre. Hay cientos de ejemplos: INE (Instituto Nacional Electoral), PEMEX (Petróleos Mexicanos), GAMESA (Galletera Mexicana, S.A.)
Cuidado con:
¿Qué pasaría si nos ponemos a vender productos de construcción, productos de perfumería o motos? Por elegir los mismos ejemplos.
Geográfico
Nos referimos a namings geográficos cuando el nombre de nuestra marca lleva la localización a la que pertenece en ella. El Banco Santander lleva a gala el nombre de la ciudad que le vio nacer. Si mezclamos la anterior (los acrónimos) con una localización salen cosas como BBVA (fruto de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria)
Cuidado con:
Cuando cambias de localización o intentas mudarte a otra zona pero tu nombre refleja tu origen (Inmobiliaria Sevilla para vender casas en Cádiz).
Ego
El naming ego o naming del fundador son los que usan los nombres de la familia o la persona fundadora para nombrar a la empresa. Ejemplos tenemos muchos en el nombre de la moda: Carolina Herrera, Victorio y Lucchino o Álvaro Moreno son ejemplos claros, clarísimos.
Cuidado con:
Cuando una marca tiene el nombre de la persona fundadora, es complicado separarla de esa persona.
Juegos de palabras
Nos referimos al naming de juegos de palabras cuando usamos guiños simpáticos o elementos que están en el imaginario de cualquier persona como nombre de la empresa o del producto. Marcas como Maestro Limpio o Jabón Zote son un ejemplo de esto.
Cuidado con:
El naming de juegos de palabras puede ser interesante pero es una estrategia peligrosa porque lo que para ti puede ser muy ingenioso, para otras personas puede resultar ofensivo o, incluso, ser objeto de una demanda por suplantación de marca, si es que no está bien empleado o justificado.